En este segundo post sobre el concepto de auditoría UX vamos a tratar sobre cómo analizar la orientación a tareas y objetivos. Este es un aspecto fundamental de una auditoría de experiencia de usuario.
El sitio web de tu negocio es una herramienta para permitir que el usuario haga determinadas acciones que le reporten un beneficio. Y entre esas acciones está por supuesto la conversión, ya sea compra o registro, pero si te paras a pensar, te darás cuenta de que hay muchas más acciones que es interesante que los usuarios de la web lleven a cabo: descargas de documentos, consulta de información sobre productos o servicios, búsqueda de ayuda, uso del buscador interno…
Entre los aspectos que debes tener en cuenta para analizar la correcta orientación a tareas y objetivos del sitio web destacamos el tratamiento visual, el lenguaje y el tono y la jerarquía y estructura de la página.
Tratamiento visual
Fíjate en los distintos componentes que forman el conjunto de la experiencia de usuario en tu web. ¿Facilitan al usuario entender qué es lo que se espera de él en esa página? Por ejemplo, si todos los componentes tienen un peso jerárquico similar, es difícil entender qué elementos tienen más importancia que otros. Es lo que se llama ruido visual.
¿Es difícil reconocer la información relevante que persuadiría al usuario a la conversión? Eso puede ocurrir cuando un Call to Action (CTA) queda demasiado escondido, pero también cuando hay sobreabundancia de CTA. En ese caso el usuario puede confundirse, o no llevar a a cabo la acción más importante, o en el orden que se espera.
En el apartado de los iconos, es relevante localizar y corregir inconsistencias: es frecuente que existan, y que el usuario se confunda tanto sobre el significado del icono como de su uso, por ejemplo cuando algunos son clicables y otros no.
Un sitio web debe hacer explícitas las acciones que se pueden realizar en él. La ausencia de “reasons why” que induzcan al usuario a realizar la conversión perjudica la consecución de objetivos. Y esto afecta tanto a la parte visual como al lenguaje textual, lo que nos lleva al siguiente punto.
Lenguaje y tono
Como el resto de elementos de la página, el lenguaje y el tono que se utiliza deben ser consistentes. No ayuda ser informal en un apartado y demasiado formal en otros.
Y cuando queremos que el usuario realice una acción o tarea concreta, es conveniente incluirlo en forma de texto también, no solo visualmente.
La predictibilidad es un buen aliado: hay que acostumbrar al usuario a un mismo contexto precisamente para que se pueda centrar sin despistarse en las tareas que quiere llevar a cabo.
Jerarquía y estructura de página
Es recomendable analizar inconsistencias en el uso de títulos y subtítulos, en todo lo relacionado con tamaños, estilos y pesos. Una correcta jerarquía es buena para la imagen del sitio, pero también para ayudar a que el usuario encuentre mejor la información que desea.
Independientemente de las formas que tengas de organizar tu contenido en el sitio web (buscador interno, filtros de atributos, filtros temáticos…), deberías asegurarte de mantener también una estructura de contenidos que se adapte a la imagen mental que tiene el cliente de tus productos o servicios.
La estructura de categorías principal debe responder a esa estructura que facilite la navegación intuitiva, la localización precisa y rápida del tema que se esté buscando.
En definitiva, al hacer una auditoría UX uno de los apartados esenciales es sin duda la orientación a objetivos y tareas. Debemos poder averiguar si los usuarios pueden alcanzar fácilmente los objetivos para los que el sitio está creado.
No te pierdas nuestro post anterior sobre auditoría UX, sobre navegación y arquitectura de la información.
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